Tuve el placer de volver a colaborar con este buffet, lo cual fue muy especial para mí, ya que siempre es buena señal que un cliente regrese y confíe nuevamente en tu trabajo. En esta ocasión, me pidieron diseñar un mandil para uno de sus guías, tomando como base la identidad visual de la marca.

Desde el inicio, me explicaron que, por políticas internas, no podían modificar su logotipo, así que el reto fue trabajar respetando su imagen actual, en especial los colores y elementos clave. A pesar de esas limitaciones, se me permitió proponer un diseño que tuviera un toque creativo y diferente, siempre cuidando que se mantuviera alineado con su identidad.

Me enfoqué en crear algo funcional, visualmente atractivo y que además reforzara la personalidad del lugar. La propuesta final combinó los colores oficiales con algunos detalles gráficos sutiles que ayudaron a darle más vida al mandil sin romper con lo establecido.

El cliente quedó muy satisfecho con el resultado, y para mí fue una experiencia muy grata no solo por el diseño en sí, sino por la confianza que me dieron para encontrar un buen equilibrio entre lo corporativo y lo creativo.